martes, 12 de julio de 2016

IDEAS CLAVE SOBRE LA EVALUACIÓN


     En la asignatura de Evaluación, a partir de la lectura de la síntesis de la obra de Neus Sanmartí, 10 Ideas clave. Evaluar para aprender, elaboramos una tarea que consistía en elegir dos ideas y mandar un mensaje al foro en el que justificáramos por qué las habíamos seleccionado. Asimismo, debíamos explicar cómo considerábamos que podríamos incorporar esos planteamientos en nuestra práctica docente y, posteriormente, teníamos que comentar y formular preguntas sobre lo que nos sugerían las aportaciones de nuestros compañeros de grupo. No obstante, a pesar de que he escogido como muestra las 10 ideas clave que propone esta autora, en esta reflexión, solo me centraré en las dos que elegí como fundamentales. Son:
1.  La evaluación es el motor del aprendizaje, ya que de ella depende tanto qué y cómo se enseña, como el qué y el cómo se aprende.
2.  La finalidad principal de la evaluación es la regulación tanto de la enseñanza como del aprendizaje, tanto de las dificultades y errores del alumnado, como del proceso de la enseñanza.
3.  El error es útil para regular el aprendizaje, conviene estimular su expresión para que se pueda detectar, comprender y favorecer su regulación.
4.  Lo más importante es aprender a autoevaluarse. Para ello es necesario que los alumnos se apropien: de los objetivos de aprendizaje, de las estrategias de pensamiento y de acción aplicables para dar respuesta a las tareas planteadas; y de los criterios de evaluación.
5.  En el aula todos evalúan y regulan, el profesorado y los compañeros, pero la evaluación más importante es la que realiza el propio alumno.
6.  La función calificadora y seleccionadora de la evaluación también es importante, y sus resultados dependen en buena parte de la calidad de la evaluación-regulación realizada a lo largo de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
7.  La evaluación sólo calificadora no motiva. En general, ni la evaluación en sí misma ni la repetición de curso si se suspende motivan al estudiante a esforzarse más en aprender, a no ser que le proporcionen criterios e instrumentos tanto para comprender sus errores y superarlos, como para reconocer sus éxitos.
8. Es necesario diversificar los instrumentos de evaluación. Dado que cualquier aprendizaje contempla diversos tipos de objetivos, es preciso que los instrumentos de recogida de información sean múltiples y variados. Y las estrategias para analizar los datos y promover la regulación deben favorecer la autonomía del alumnado.
9.  La evaluación externa de los aprendizajes de los alumnos puede ser útil para orientar la enseñanza. Pero para ello es importante que los instrumentos y métodos de evaluación aplicados promuevan prácticas de aula innovadoras.
10. Evaluar es una condición necesaria para mejorar la enseñanza. La evaluación debe proporcionar información que permita juzgar la calidad del currículo aplicado, con la finalidad de mejorar la práctica docente y la teoría que la sustenta.
   En esta obra, Neus Sanmartí se centra en el proceso de evaluación y pretende persuadirnos sobre la idea de que si, como docentes, prestamos atención y atendemos a todos los elementos que intervienen en este proceso, podremos apoyar e implicar a los aprendientes en su propia evaluación, con el objetivo de que sean capaces de autorregularse autónomamente y ser protagonistas de su aprendizaje. Esas diez ideas clave se fundamentan en la premisa de que enseñar, aprender y evaluar son procesos indisociables.
     Como ya indiqué en el foro, no fue tarea fácil escoger dos de las diez ideas que propone Sanmartí, puesto que estimo que todas son imprescindibles para la evaluación. No obstante, elegí las siguientes:
5. En el aula todos evalúan y regulan, el profesorado y los compañeros, pero la evaluación más importante es la que realiza el propio alumno.
     En mi experiencia como docente, he observado que, en muchas ocasiones, los estudiantes no son conscientes de su propia formación y, por ello, se deberían plantear en el aula estrategias orientadas a la corregulación entre los propios alumnos con el propósito de que cada uno sea capaz de autorregularse de forma autónoma. Además, esta práctica contribuye a que los aprendientes se sientan partícipes del proceso de enseñanza-aprendizaje y no meros asistentes a una clase. La autoevaluación es una estrategia de aprendizaje mediante la cual el discente puede reflexionar sobre los objetivos que ha alcanzado, cómo, cuándo y qué puede hacer para mejorar. Asimismo, podrá detectar las fortalezas y las debilidades, y reunir información para conocerse mejor. A pesar de que autoevaluación y coevaluación no son lo mismo, son términos complementarios, puesto que, a partir de la observación y de los juicios críticos de los compañeros, el discente puede llegar a autoevaluarse. En la coevaluación se deberán tener en cuenta consideraciones como si el aprendiente se muestra pendiente de la tarea; si se comunica y participa activamente sugiriendo ideas y compartiendo conocimientos; si se muestra responsable e interesado en enriquecer y mejorar la tarea de equipo; si se comunica de forma clara, precisa y cordial con el resto de compañeros y acepta las opiniones contrarias, analizando cuestiones que podrían mejorar su aprendizaje, entre otras. De esta manera, se fomenta el trabajo en equipo, en beneficio de todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades y características individuales pero, además, se contribuye a impulsar el trabajo cooperativo, aunque esta praxis no solo requiere invertir mucho tiempo y esfuerzo por parte de los docentes y de los propios alumnos, sino que también se necesita el respaldo de las instituciones, como señala Neus Sanmartí en su obra, del que, en muchas ocasiones, lamentablemente, se carece.

Fuente de la fotografía: boni1301.blogspot.com
     Con el objetivo de estimular la capacidad de autoevaluarse coevaluándose, se podrían proponer en clase actividades como la que incluye Sanmartí en la síntesis de la obra que nos ocupa. Propone seguir el siguiente proceso:
1. Primeramente, cada alumno responderá de forma individual a las cuestiones planteadas.
2.  Después, el docente resolverá la tarea en la pizarra y hará hincapié en los errores previsibles, así como en sus posibles causas.
3.  Cada alumno analizará su trabajo individual y responderá a estas dos cuestiones: ¿En qué me he equivocado? ¿Por qué?
4.  Los alumnos, por parejas, intercambiarán sus autoevaluaciones y evaluarán a sus compañeros respondiendo a: ¿Está bien explicado? ¿Qué le recomiendas para mejorar? A continuación, se devolverán las opiniones al autor de la autoevaluación.
5. Cada estudiante valorará si está de acuerdo o no con las opiniones de los compañeros. Por último, el profesor revisará el escrito que incluirá las distintas evaluaciones.
     No solo los aprendientes deben autoevaluarse, sino que es fundamental que también el profesor estime las valoraciones oportunas sobre su práctica docente y recapacite sobre aquellos aspectos en los que puede mejorar.
7. La evaluación solo calificadora no motiva. En general, ni la evaluación en sí misma ni la repetición de curso si se suspende motivan al estudiante a esforzarse más en aprender, a no ser que le proporcionen criterios e instrumentos tanto para comprender sus errores y superarlos, como para reconocer sus éxitos.
     En general, son muy pocos los alumnos que se motivan con las calificaciones aunque, en mi experiencia como docente, he percibido que a muchos, erróneamente, es lo único que les preocupa. En realidad, no se trata de competir ni de obtener la mejor nota, sino de alcanzar los objetivos propuestos y de asimilar los contenidos estimados para cada nivel, con el propósito de poner en práctica en el día a día lo aprendido en el aula. No obstante, estos aspectos están imbricados y, tal y como defiende Neus Sanmartí, “cuanto más se aprende, mejores resultados se obtienen en los exámenes finales y mayor es la motivación y el empeño que se pone en continuar aprendiendo”. De lo contrario, si no se aprende, los exámenes y las calificaciones pierden importancia y, en consecuencia, desaparece la motivación. Esto también sucede con los profesores a los que, en lugar de someterlos a tantas evaluaciones, habría que proporcionarles los medios pertinentes con el fin de que sus alumnos aprendiesen más y mejor.
     En cuanto a los posibles errores que cometan los discentes, debemos ser conscientes de que lo ideal es paliarlos en el momento en el que surgen y poco a poco, sin esperar a que lleguen las evaluaciones finales puesto que, entonces, ya será demasiado tarde. Personalmente, siempre ofrezco ayuda a mis alumnos para resolver dudas o realizar los ejercicios con ellos, en el caso de que tengan dificultades, pero no les parece bien hacerlo en el recreo, así que, quizás, habría que buscar soluciones al respecto y ofrecer este apoyo en horas distintas. Pero, esto depende de instituciones. Sin embargo y, a pesar de que entiendo que se trata de su tiempo de descanso, que coincide con el mío, los aprendientes deberían hacer un esfuerzo porque, en definitiva, este refuerzo repercute en beneficio de su aprendizaje. Por otro lado, todos somos conscientes de que aprender no es una tarea fácil y de que requiere autorregularse. Para ello, es necesario, por ejemplo, que los criterios de evaluación representen un nivel alcanzable; facilitar diversos instrumentos de regulación para que cada uno escoja el que le sea más útil; afrontar cada problema de diferente manera; concretar compromisos de trabajo y la ayuda para revisarlos; fomentar los apoyos cooperativos; plantear actividades en las que los discentes comprueben que están aprendiendo. Los docentes deberíamos preguntarnos, ¿fracasa el alumno o la metodología y los recursos empleados? ¿Cuáles son los factores que obstaculizan el proceso de enseñanza-aprendizaje? En muchas ocasiones, considero que no se sigue una metodología adecuada ni se proporcionan los mejores recursos para favorecer el aprendizaje de los estudiantes. No es fácil, puesto que aquello que funciona con unos alumnos puede no ser adecuado para otros. De ahí, que siempre haya que atender a las necesidades de cada grupo, así como a las particularidades de cada aprendiente y a los distintos ritmos de aprendizaje. Se trata de probar y ver qué es lo que mejor funciona con cada grupo. Está claro que no siempre se obtendrán los resultados esperables pero, precisamente, nosotros también tenemos que aprender de los errores y verlos como algo positivo, ya que el hecho de enmendarlos y de modificar conductas, es igualmente un aprendizaje.
     Por un lado, como actividad para realizar en el aula, se puede plantear a los alumnos que escriban en un diario, en los cinco últimos minutos de clase, la respuesta a cuestiones como: ¿qué hemos aprendido?, ¿cómo lo hemos aprendido?, ¿qué es lo que no he acabado de aprender?, ¿qué tendría que hacer para mejorar? Así, se promueve la autorregulación del alumnado y que el profesor tenga acceso a información relevante sobre el proceso de aprendizaje de los discentes. Yo realizo esta práctica en clase, pero no desde el prisma del alumno, sino desde el mío. Al finalizar la clase, anoto en un cuaderno todos aquellos aspectos reseñables que he percibibido durante la sesión. Así, llevo un seguimiento continuo de los alumnos y observo sus avances en el proceso. Pero, a partir de ahora, propondré como actividad que los aprendientes rellenen en su diario de clase los aspectos más destacables vinculados con las cuestiones señaladas, con el propósito de promover su autorregulación y que, al mismo tiempo, yo pueda conocer datos relevantes sobre la perspectiva que tiene cada uno de ellos del proceso de enseñanza. Seguramente, habrá diferencias respecto a lo que yo haya podido estimar en mi cuaderno, por lo que deberé considerarlas como un conocimiento enriquecedor que me brindará mayores posibilidades de éxito con mis alumnos. Por otro lado, si nos enfrentarámos a graves problemas durante el proceso de enseñanza, se podrían plantear sistemas de regulación a largo plazo como el establecimiento de un contrato de trabajo, a través del cual los discentes identifican los aspectos que hay que regular, así como sus posibles causas. Además, mediante este contrato el profesor y el alumno acuerdan formas de trabajo concretas, determinan las ayudas que se pueden recibir y cómo se llevará a cabo la revisión del pacto.
     Para concluir con esta reflexión, incluyo la siguiente frase, extraída del módulo 4 de la asignatura de Evaluación: "hay todavía mucho trabajo por hacer en la formación de profesores, y en las aulas, para que este nuevo paradigma sea la realidad imperante en las mismas". Y es que, precisamente, la teoría no siempre es fácil llevarla a la práctica. Parece que todos sabemos lo que debemos hacer pero, en muchas ocasiones, por diversos motivos, no innovamos ni experimentamos en las aulas. Este es un gran error porque, aunque parece que somos conscientes de que muchas cosas no funcionan, seguimos anquilosados en mantener prácticas tradicionales.

BIBLIOGRAFÍA

·      Figueras, N. y Puig, F. (2016): La evaluación en el aula como parte integrante del proceso de docencia-aprendizaje, en asignatura Evaluación. Máster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.

·          Sanmartí, N. (2007): Síntesis de la obra 10 Ideas clave. Evaluar para aprender. Col. Ideas clave, 1. Ed. Graó. Barcelona. Recuperado en julio de 2016 en:

martes, 14 de junio de 2016

EL COMPONENTE SOCIOCULTURAL EN EL AULA DE ELE


     En la enseñanza de una lengua extranjera no solo se imparten contenidos lingüísticos, sino que también se dan a conocer prácticas sociales y valores culturales. Tanto es así, que la competencia comunicativa no se llegará a potenciar en un estudiante, si no se considera como un componente básico la competencia cultural; ambos términos son indisociables. En la asignatura de Aspectos socioculturales en el aula de ELE estamos viendo que la enseñanza de una lengua extranjera no es tarea fácil, ya que cada cultura posee unos rasgos determinados que dificultan el entendimiento entre los individuos. El objetivo de esta materia es erradicar las visiones culturales etnocéntricas, monolíticas y estáticas y concebir la sociocultura como algo que se transforma y enriquece a partir de los intercambios y experiencias interculturales derivados de la globalización, los movimientos migratorios y las nuevas tecnologías, fenómenos, entre otros, característicos de la sociedad actual.
     Una de las primeras tareas encomendadas en esta materia consistía en que cada uno de nosotros definiéramos la palabra cultura. Etimológicamente, este término viene del latín cultus que significa ‘crecimiento y cuidado del las facultades espirituales e intelectuales del individuo’. Como quedó reflejado en el foro, se trata de un concepto que abarca multitud de acepciones y términos asociados, por lo que no nos quedaremos solo con ese significado, sino que nos centraremos en aquellas variantes asociadas al aprendizaje de una segunda lengua como, por ejemplo, las que se incluyen en la definición que propuso la profesora. Esta explicación es la que voy a tomar como muestra para la elaboración de mi reflexión. Cultura es el “conjunto de hábitos, prácticas, costumbres y tradiciones; de valores, creencias, conocimientos compartidos y actitudes que conforman una cierta visión del mundo, una interpretación de los hechos y unas expectativas, hipótesis y deducciones concretas; de comportamientos aprendidos y ritualizados y de toda una serie de pautas, normas y reglas de funcionamiento fruto de las convenciones sociales de una sociedad, que posee una estructura y relación social concreta y comparte un código verbal y no verbal y unos instrumentos de comunicación para la interacción social y el entendimiento mutuo entre los hablantes de una determinada comunidad, que es objeto de la transmisión generacional y la herencia social y que solo tiene sentido dentro de un determinado contexto social” (en Usó, 2016). Teniendo en cuenta esta definición, que contempla un gran número de parámetros que delimitan los entornos culturales específicos, muchos de ellos vinculados con los aspectos socioculturales, redactaré mi reflexión centrada en la importancia del componente sociocultural en el aula de ELE.
  

     Fuente de la fotografía: www.languageandculture.com

     A partir de ese debate, que he referido anteriormente, comencé a cuestionarme y a valorar la complejidad del término y su repercusión en el aula de ELE. Estudiar una lengua extranjera implica salir al encuentro de una realidad que percibimos como algo diferente, y que para comprenderla es necesario conocer las normas que regulan la interacción del país en el que se habla. Por ello, el profesor deberá permanecer atento ante la realidad extranjera y la propia, con el fin de mantener cierta distancia que le permita reflexionar sobre los aspectos culturales que puedan influir en la conducta de los alumnos. Asimismo, es conveniente que tenga nociones, al menos básicas, de las culturas de los alumnos y, en su papel de observador, deberá percatarse de posibles extrañamientos, e incluso, de actitudes, comportamientos y gestos de rechazo derivados de situaciones concretas, y tendrá que hacer visibles a los alumnos todos aquellos implícitos culturales que para los nativos resultan obvios y que, erróneamente, a veces, pasa por alto. De esta manera, podremos evitar, en la medida de lo posible, malentendidos o conflictos culturales en el aula pero, además, conoceremos qué aspectos de la sociedad y de la cultura española les va a costar más a los estudiantes entender o asimilar, o en qué situaciones comunicativas se les pueden presentar dificultades derivadas de determinados aspectos socioculturales y que, por esa razón, no sean capaces de llevar a cabo un intercambio comunicativo eficaz.
     En una de las lecturas propuestas en la asignatura, Miquel y Sans diferencian entre la Cultura con mayúsculas, la cultura (a secas) y la kultura con k, aunque es importante destacar que no se conciben como comportamientos estancos. Estas autoras definen la cultura (a secas) como “todo lo compartido por los ciudadanos de una cultura; un estándar cultural, el conocimiento operativo que todos los nativos poseen para orientarse en situaciones concretas”. Este cuerpo central del esquema se corresponde con las variantes que incluye la definición de la profesora de esta asignatura, señalada anteriormente. Los alumnos de ELE, por tanto, necesitarán conocer los modos de ser y de hacer de los españoles para comprender el porqué y dar sentido a determinados comportamientos que, en ocasiones, distan mucho de sus respectivas culturas, pero también obtener la información necesaria para poder interactuar, saber qué hacer en una determinada circunstancia y cómo hacerlo. Como docentes, tenemos que tener presente que en el proceso de enseñanza-aprendizaje de una segunda lengua es imprescindible que los discentes adquieran estos conocimientos, relacionados todos ellos con el aprendizaje significativo. Por este motivo, dado que el foco principal de esta reflexión se centra en la relevancia de la competencia sociocultural en el aula de ELE, me he centrado en este significado del término que nos ocupa: la cultura (a secas), acepción en la que se focalizarán las propuestas didácticas que el profesor lleve a cabo en el aula. Una vez dominados estos conocimientos, los discentes podrán acceder a la Cultura con mayúscula y la kultura con k,  pero estos “dialectos culturales” quedan relegados a los niveles más altos. Ahora bien, partiendo de la enseñanza de esos parámetros propios de la lengua meta es conveniente, en primer lugar, que los contenidos culturales se adapten a la formación de los discentes, atiendan a sus gustos e intereses relacionados con la cultura objeto de estudio, y se adecúen a su nivel de conocimiento lingüístico, además de que se contextualicen y se vinculen con lo que ya saben los alumnos, sin caer en estereotipos ni tópicos. Para ello, lo ideal es realizar un trabajo comparativo de los modos de hacer y de entender el mundo, tanto de la lengua y de la cultura meta como de la propia, con el propósito de que los alumnos no reflexionen solo desde su propia identidad, sino que también adquieran una visión positiva derivada de las diferencias como una enseñanza enriquecedora para su crecimiento personal. De esta manera, a través de una metodología comparativa, y, en consecuencia, de la relación que se establezca entre los contenidos culturales y las creencias, a partir de la que se crean valores afectivos y cognitivos, también se contribuye a fomentar el enfoque intercultural, fundamental en el mundo globalizado en el que vivimos.
     A partir del tratamiento de los aspectos socioculturales, se debe formar a profesores que fomenten la reflexión, la comparación y la sensibilidad necesarias para enseñar la lengua y la cultura, y trabajar esa interculturalidad que tanto se exige en la actualidad. Debemos ser conscientes de que hay muchas maneras de ver y de entender el mundo, por lo que existen numerosas percepciones culturales que, a pesar de que distan unas de otras, son igual de válidas y respetables. El objetivo del aprendizaje intercultural es el desarrollo de la receptividad del aprendiz ante distintas lenguas y distintas culturas, cultivando su curiosidad y la empatía hacia sus miembros. Esto se consigue trabajando actitudes positivas respecto a la diversidad cultural, erradicando prejuicios, pero también reflexionando desde un punto de vista crítico sobre la propia cultura a través de otros puntos de referencia, siempre sin renunciar a la propia identidad. En España, lamentablemente, aún falta una conciencia clara de lo que se debería inculcar a los miembros de la sociedad con el fin de promover actitudes en las que el intercambio de opiniones, experiencias y creencias con el otro, estimule una transformación interior que facilite una acogida más abierta, flexible y receptiva. Este es un reto difícil, pero no imposible, en un país en el que no somos capaces de tomar decisiones concluyentes sobre determinadas prácticas que nos obcecamos en mantener, independientemente del daño que puedan ocasionar, solo por considerarlas como algo propio de nuestra cultura y que, a pesar del paso del tiempo, no somos capaces de llegar a un acuerdo para abolirlas. Es el caso, por ejemplo, del mundo taurino. Entonces, ¿cómo hacerle entender a un extranjero la existencia de este tipo de prácticas culturales, si ni siquiera son compartidas por todos los miembros que pertenecen a este país? A partir de este interrogante, sobre el que también se debatió en el foro, en concreto, en relación al Torneo del Toro de la Vega, se podría esbozar otra interesante reflexión respecto a si los toros continúan porque se considera un elemento relevante propio de la cultura española, entendida en ese sentido como una cultura monolítica o, por el contrario, estamos ante una polémica que no terminará nunca, sostenida por otro tipo de intereses, a pesar de que la sociedad española siga creciendo y avanzando hacia el progreso en otros ámbitos. En mi opinión, a veces, nos aferramos a mantener determinadas tradiciones que, con el paso del tiempo, han perdido el sentido de su práctica y ahora, en el siglo XXI, no tienen cabida, a pesar de que nos empeñemos en protegerlas. Esta es la razón que yo argumentaría en el aula de ELE, además de los intereses económicos, entre otros, junto con ejemplos parejos pertenecientes a sus respectivas culturas, en el caso de que los aprendientes me preguntaran sobre el mantenimiento de esta práctica y la disputa que perdura entre los bandos opuestos, ambos defensores de opiniones totalmente opuestas. No obstante, tendría que informarme sobre las ventajas e inconvenientes de conservar estas costumbres y modos de vida para dar una explicación fehaciente al respecto.

BIBLIOGRAFÍA

·      Galindo, M. (2005): La importancia de la competencia sociocultural en el aprendizaje de segundas lenguas, Interlingüística, 16 (1), pp. 431-441. Recuperado en junio de 2016 en: 

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2514240.pdf

·      Miquel, L. y Sans, N. (2004): El componente cultural. Un ingrediente más en las clases de lengua. Red ELE, marzo, 2004. Recuperado en junio de 2016 en:

http://www.mecd.gob.es/dctm/redele/MaterialRedEle/Revista/2004_00/2004_redELE_0_22Miquel.pdf?documentId=0901e72b80e0c8d9 

·   Usó Viciedo, L. (2016): Lengua y cultura: Aprendizaje de lenguas, ¿aprendizaje de culturas?, en asignatura Aspectos Socioculturales en el aula de ELE. Máster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.

·    Vellegal, Ana Mª (2009): ¿Qué enseñarle a nuestros alumnos para que no pasen por maleducados? El componente sociocultural en la clase de ELE. Recuperado en junio de 2016 en:

http://marcoele.com/descargas/enbrape/vellegal_sociocultural.pdf 

lunes, 16 de mayo de 2016

PROCESO DE ADQUISICIÓN DE L1 Y L2

Mitos y leyendas sobre el aprendizaje de lenguas

     Esta reflexión se centra en una de las actividades que realizamos en la asignatura Adquisición de lenguas segundas: ‘Mitos y leyendas sobre el aprendizaje de lenguas’. Primero, se planteó como una actividad inicial en la que teníamos que explicar nuestro punto de vista sobre las cuestiones propuestas sin haber tenido acceso a la teoría. Y, después, una vez leídos los módulos y trabajado con el material adicional, proporcionados por la profesora de la asignatura, Elisa Rosado, reflexionamos sobre los mitos y leyendas y establecimos una comparación entre las respuestas iniciales y las respuestas finales. ¿Los contenidos tratados en los módulos de la asignatura afectaron a nuestra percepción de los fenómenos que se refieren en estos enunciados? Debíamos asignar una puntuación del 1 al 4 a cada una de las afirmaciones dependiendo de si estábamos totalmente en contra (1) o totalmente de acuerdo (4).
* Los números resaltados en negrita son los asignados en la actividad inicial; los que aparecen en rojo corresponden a la puntuación otorgada en la actividad final.
1. Las lenguas se aprenden principalmente por imitación. 3, 2
     En la actividad inicial propuse el método directo como modelo de aprendizaje de una segunda lengua, pero quizás no era a lo que se refería la cuestión. El conductismo concebía el aprendizaje de la lengua como resultado de la formación de hábitos (Skinner). Chomsky cuestionó esta teoría y planteó el innatismo para argumentar la adquisición del lenguaje. Aunque hay teorías que desechan la imitación, en la práctica docente se propone la repetición de estructuras para trabajar la pronunciación.
2. Es importante que los padres corrijan a los niños cuando cometen errores gramaticales al aprender su L1. 2, 1
     El innatismo propone que los niños nacen equipados de un Dispositivo de Adquisición del Lenguaje (DAL) que contiene la Gramática Universal (GU), lo que explica que se conviertan en hablantes nativos de las lenguas a las que están expuestos en los primeros años. Dado que existen culturas en las que no se realiza esta práctica y no repercute en el comportamiento lingüístico de los niños, me reafirmo en la idea inicial.
3. Cuanto antes se introduzca la clase de lengua extranjera en los programas educativos, mayor será el éxito alcanzado por los aprendices. 4, 2
     Según Muñoz, en el medio natural, los niños con un inicio más temprano tienen mayor posibilidad de alcanzar un nivel más alto en la adquisición de la L2, pero si esta adquisición no se produce en un contexto de inmersión lingüística, no consiguen mejores resultados que los adultos. A diferencia de lo que yo creía, la pronta inclusión de la LE en los colegios no parece ser suficiente para alcanzar el éxito en el aprendizaje.
4.  La mayoría de los errores de los aprendices de L2s se debe a interferencias de su L1. 2, 1
     Como señalaba en la actividad inicial, los discentes cometen algunos errores por transferencia de la lengua materna, pero no la mayoría. Después del exhaustivo análisis de errores realizado, ratifico mi opinión, puesto que sabemos que también intervienen factores intralingüísticos, fruto del proceso de aprendizaje de la L2, e incluso, los errores pueden deberse a la combinación de ambos factores: interlingüísticos e intralingüísticos.
5.  Las estructuras lingüísticas simples deben enseñarse antes que las complejas. 4, 4
     Considero que, en cualquier proceso de aprendizaje, es conveniente empezar por los contenidos básicos. Según las investigaciones, el aprendizaje de la L2 sigue un desarrollo secuencial, al igual que ocurre con el de la L1. Los estudios sobre el orden de adquisición de morfemas demuestran que existe un orden natural y universal. Si el input y el contexto comunicativo son diferentes y se obtiene un resultado similar, implica que hay construcciones que se adquieren a partir de un mecanismo común.
6. Las personas con un coeficiente de inteligencia muy alto resultan ser los mejores aprendices de lenguas. 1, 1
     En la actividad inicial afirmé que tener un coeficiente intelectual alto no implicaba ser el mejor discente de lenguas. Es cierto que el IQ está vinculado con el análisis lingüístico y el aprendizaje de reglas, pero no con las habilidades comunicativas de la interacción oral. Además, no podemos obviar la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner, que deberá considerar el docente para atender a las particularidades de cada alumno.
7.   El factor más importante en el aprendizaje de una lengua es la motivación. 3, 3
     La motivación, ya sea de carácter integrador o instrumental, es clave en el aprendizaje de la L2, pero existen otros factores afectivos como la aptitud, las estrategias y los estilos de aprendizaje, que son necesarios para alcanzar el éxito. Sin embargo, sí se puede aseverar que la motivación contribuye a estimular o a acelerar la marcha del proceso.
Fuente de la fotografía: www.apcvirtual.com 
   Las ideas preconcebidas o las falsas creencias nos llevan a defender ideas erróneas. A excepción del mito número tres “Cuanto antes se introduzca la clase de lengua extranjera en los programas educativos, mayor será el éxito alcanzado por los aprendices”, con el que estaba  totalmente de acuerdo al inicio de la asignatura, en el resto de los ejemplos mantengo más o menos la misma opinión, pero ahora respaldada por las teorías estudiadas. Este es el motivo por el que en algunos ítems la puntuación varía un número arriba o abajo. Como ya he señalado anteriormente, es cierto que, en el medio natural, los niños con un inicio más temprano pueden alcanzar un nivel más alto en la adquisición de la L2, pero siempre que el aprendizaje se lleve a cabo en un contexto de inmersión lingüística. Por ello, la implantación del bilingüismo en los centros educativos, por ejemplo, será positiva si se elabora un buen programa educativo y se dan las condiciones óptimas para desarrollar un proceso de enseñanza adecuado. Posiblemente, estos factores, entre otros, dificulten que el bilingüismo se considere positivo para los niños en algunos colegios de España.
   Por su parte, la adquisición de la L1 es un mundo fascinante y complejo, que nos lleva a plantearnos muchas cuestiones para las que no siempre encontramos respuesta. Hace aproximadamente un mes, salió un vídeo en todos los medios, en el que un niño, al parecer hijo de Alejandro Sanz, deletrea la palabra que hay escrita en el felpudo de la puerta de casa welcome, pero al leer este vocablo, dice alfombra (https://www.youtube.com/watch?v=0JLsUE10Q5A). La verdad es que es muy gracioso y, al coincidir con la asignatura, hizo que me preguntara por qué ocurría esto. Por otro lado, dado que, según las investigaciones, la adquisición de la L1 está asociada al innatismo, a diferencia del aprendizaje de la L2 que se va forjando sobre las bases mentales de la L1, he decidido no insistir mucho en la corrección de mi sobrino, un niño de dos años y medio, a pesar de que es inevitable hacerlo. No obstante, observaré su evolución en el aprendizaje de la lengua materna para comprobar las teorías estudiadas. Asimismo, hoy resulta evidente que, tanto por cuestiones de inhibición como por la conveniencia de promover situaciones de exposición al input, interrumpir el discurso de un aprendiz de una segunda lengua para corregirle no resulta recomendable.



   Otra de las cosas que me ha llamado la atención es que, en el análisis de errores de alumnos de diferentes nacionalidades que estudian ELE, he percibido fallos que también cometen mis alumnos nativos de español. Lo curioso es que, supuestamente, algunos de esos errores se producen por interferencia de la L1, pero ¿y en mis discentes? No tienen influencia de otras lenguas y son hablantes nativos. Solo se me ocurre que, probablemente, en este caso, se deban a factores intralingüísticos porque los alumnos no hayan asimilado de forma correcta las reglas del español. Ejemplo de ello es "Román no le salía ni una palabra de su pequeña boca", donde el estudiante ha considerado erróneamente que Román es el sujeto de la oración pero, en realidad, es el complemento indirecto que debería ir introducido por la preposición a. Otro fallo frecuente es el uso del condicional, en lugar del subjuntivo, en construcciones como “Si lo habría sabido, se lo habría dicho” pero, al igual que el leísmo de cosa, entre otros errores, son típicos de Cantabria, lugar en el que imparto clase. 
   En el mes de julio empiezo las prácticas con alumnos extranjeros y, al igual que hago con mi sobrino en lo que se refiere a la adquisición de la L1, observaré todos aquellos detalles que me llamen la atención y que estén asociados con lo aprendido en esta asignatura sobre el aprendizaje de una segunda lengua. Por ejemplo, de forma general, prestaré atención al nivel léxico, morfológico y sintáctico, y anotaré los errores que cometan los estudiantes para valorar si, con el tiempo, ha habido una evolución en el aprendizaje de ELE, así como aquellos nuevos que puedan aparecer derivados del progreso de estudio de la L2, con el fin de analizar los resultados obtenidos y establecer posibles conclusiones. Creo que, al igual que ocurre con el resto de las materias, ver los contenidos en un contexto real ayuda a entender los conocimientos impartidos y a saber integrarlos en el aula de ELE. Por este motivo, el proceso de aprendizaje de algunos de los compañeros del máster que se dedican a la enseñanza de lenguas extranjeras, es mucho más rico, puesto que completan su formación con la parte práctica y avalan las teorías estudiadas.


BIBLIOGRAFÍA
  • Rosado, E. (2016): La adquisición de la L1 y la L2. Perspectivas teóricas y de investigación, en asignatura Adquisición de Segundas LenguasMáster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
  • Rosado, E. (2016): La configuración de los sistemas de interlengua (I), en asignatura Adquisición de Segundas LenguasMáster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
  • Rosado, E. (2016): La configuración de los sistemas de interlengua (II), en asignatura Adquisición de Segundas LenguasMáster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
  • Rosado, E. (2016): Factores extralingüísticos que intervienen en la configuración de las interlenguas. Diferencias individuales, en asignatura Adquisición de Segundas LenguasMáster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
  • Rosado, E. (2016): La adquisición de L1 y L2. Revisión. Conceptos fundamentales e implicaciones didácticas, en asignatura Adquisición de Segundas Lenguas. Máster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.

martes, 26 de abril de 2016

CORRECCIÓN, GESTIÓN DEL AULA, PLANIFICACIÓN Y PROFESORADO


  Esta reflexión se centra en la asignatura de Metodología de ELE: Destrezas, actividades y técnicas, impartida por la profesora Paula Novillo Navarro. He escogido esta materia como muestra porque, en general, los conocimientos adquiridos son útiles para mi formación como discente, pero también como docente. Como ya he indicado en otras entradas del blog, soy profesora de Lengua Castellana y Literatura en un instituto público de Laredo (Cantabria). Por lo tanto, al no ejercer esta profesión en la enseñanza de lenguas extranjeras, hay algunas características que cambian. No obstante, en cualquier materia, es imprescindible incluir en la programación la metodología didáctica, las estrategias y técnicas necesarias para desarrollar los principios pedagógicos y didácticos concretados, así como el tipo de actividades que se van a realizar. Dado que, quizás elegir como muestra toda la asignatura es un objetivo muy ambicioso, solo me centraré en “aquellos aspectos que me gustaría mejorar en mi profesión”, cuestión que engloba los ítems más significativos en los que focalizo mi propuesta. Son:

  • Corregir lo justo, en el momento adecuado y de la forma apropiada es, tal vez, una de las tareas más difíciles para el profesor.
     En el módulo 3 se hablaba de corrección de la producción escrita y corrección de la producción oral, contenidos que, con algunos matices, puedo aplicar en mi función docente. En cuanto a la corrección escrita, no había tenido en cuenta la repercusión negativa que conlleva señalar todos los errores. Pensaba que los alumnos no miraban las correcciones porque no les interesaban, pero si quizás pusiera en práctica los métodos propuestos en el módulo y me centrara únicamente en lo principal, conseguiría que algunos los valoraran. Tiendo a corregir todos los errores, no solo los que competen a la actividad, por lo que los alumnos pueden perderse entre tachones y anotaciones. Sin embargo, ¿qué puedo hacer, por ejemplo, respecto a la ortografía? Considero que siempre se deben corregir las faltas, pero tengo que recapacitar sobre cómo hacerlo para centrarme únicamente en el objetivo principal de la actividad. Todavía no he encontrado un método que me convenza, puesto que estimo que es un contenido que no puedo obviar y que siempre está ahí, cada vez con mayor frecuencia. Por lo que se refiere a la corrección oral, debo buscar el momento oportuno y la forma adecuada para dirigirme a los alumnos y explicarles los errores que haya detectado, en función del discente al que me dirija, puesto que partimos de la premisa de que hay que atender a las necesidades individuales y a los distintos ritmos de aprendizaje.
Si bien es cierto que la corrección es imprescindible en la adquisición de segundas lenguas, no es necesaria en el caso de los niños que están aprendiendo la lengua materna, pero sí en adolescentes que tienen fijadas determinadas palabras o estructuras erróneas que deberían modificar. Por lo tanto, este es un aspecto común en ambas especialidades.
A continuación, adjunto un fragmento de un texto corregido. Antes de haber estudiado el apartado de corrección de la producción escrita, hubiera corregido cada una de las faltas de ortografía, pero ahora, solo las señalo en rojo para que el alumno sea consciente de que hay errores que deberá corregir. Además, mediante esta práctica de autocorrección, el discente pasa a ocupar un papel principal en el aprendizaje.

Forestales y caballeros heridos llegaban a las tiendas de los sanadores. La moral estaba baja, nadie tenia esperanzas, mas el autentico guerrero jamás cae por eso.
- Ø Ashra! Ø aquí ahora!- Grito mi capitán, mientras los demás soldados de mi escuadrón se reunían. Partí raudo hacia ellos, esperando ordenes, nos coloco rodeándolo:
- Ø Soldados de la patria! Ø Hijos de Quel'thalas!, están aquí, no era una broma, los muertos han vuelto a la vida, y no parecen muy contentos, os enfrentareis a familiares y conocidos, cada hermano muerto en nuestras filas se une a las suyas.-Daba vueltas, mirándonos a cada uno de nosotros.- No os pido un favor, y tras esto no recibiréis recompensa, Ø esto es lo que se espera de vosotros! Ø Acabaremos con esos restos de lo que una vez fueron guerreros!

  • ¿Cómo me desenvuelvo en el aula?
     Otro factor sobre el que he reflexionado ha sido la gestión en el aula. A partir de la segunda actividad, que consistía en elaborar un informe de observación sobre los datos percibidos en el vídeo de una clase de español para extranjeros, analizamos, por parejas, el discurso del profesor, la gestión del espacio y las dinámicas de aula, el uso de distintos recursos y la corrección, aspecto ya señalado, desde una perspectiva práctica. Este ejercicio me ayudó a darme cuenta de la importancia de algunos detalles como, por ejemplo, la distribución del aula. Los alumnos estaban colocados en forma de U, disposición que, por la cercanía, ayuda a fomentar valores afectivos entre la profesora y los discentes. Sin embargo, yo no podría distribuir así la clase por el elevado número de alumnos, pero es conveniente tenerlo presente. En segundo lugar, me percaté de la posición que adoptaba la profesora en la pizarra para que todos los discentes pudieran ver lo que escribía. Y, por último, la manera en la que comenzó la clase para captar la atención de los estudiantes. La docente entra en clase disfrazada con el atuendo y complementos propios de los años 80 porque la actividad que propone para la sesión está relacionada con esa época. Los profesores debemos estimular la voluntad a aprender y, siempre que sea posible, atender a los gustos e intereses de nuestros alumnos. Promover estos factores afectivos en el aula contribuirá al logro de resultados satisfactorios, no solo para los estudiantes, sino también para todos los agentes que formamos parte del proceso de enseñanza-aprendizaje.

  • ¿Qué aspectos crees que son esenciales a la hora de planificar una sesión?
     Una buena planificación facilita la consecución de los objetivos propuestos. Al leer los contenidos del módulo 4, me he percatado de que, en ocasiones, enfoco esta tarea desde mi perspectiva y no desde cuestiones centradas en los alumnos. Por este motivo, tendré que cambiar el enfoque y pensar en qué necesitan o qué deberían aprender y ser capaces de hacer, con el propósito de elaborar una planificación adecuada.
Con la actividad 2, de la que he hablado anteriormente, también aprendí otros conocimientos que competen a la planificación. Observé con detalle la forma en que la profesora planteó la sesión y las actividades que realizaron. Sobre todo, hice hincapié en el desarrollo de cada una de las tareas, en cómo, partiendo de la lluvia de ideas que, además, sirve para captar el interés de los estudiantes, había organizado cada una de las partes de la actividad de forma secuenciada para alcanzar su propósito final. Evidentemente, yo trabajo de esta manera, pero, a veces, bien por el tipo de alumnado, por la falta de tiempo, por la presión de impartir todos los contenidos que marca el currículo, así como por posibles imprevistos y otras circunstancias similares, no es posible llevar a cabo mi labor como realmente me gustaría.
Por último, en la actividad 3, se nos pedía, en grupos de tres, elaborar una planificación de una sesión de dos horas con contenidos que escogiésemos de una unidad didáctica propuesta. Aquí nos enfrentamos a problemas comunes con los que me encuentro diariamente. Enlazando con la última idea del párrafo anterior, parece que lo más importante en la enseñanza es impartir contenidos. Esto es un error y uno de los grandes fallos de nuestro sistema educativo. Por este motivo, después de varias deliberaciones entre los miembros del grupo y de intentar cuadrar la sesión en el tiempo estimado, decidimos quitar algunas actividades con el fin de proponer una planificación real. A pesar de ello, podría ser que, debido a circunstancias adversas, no dispusiéramos de tiempo suficiente y tuviéramos que hacer modificaciones en el momento; o bien, que sucediera lo contrario, es decir, que terminásemos antes de lo estimado. Por ello, siempre debemos elaborar un banco de actividades por si fuera necesario recurrir a él.


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  • ¿Recuerdas a algún profesor que te haya marcado positiva o negativamente?
     A pesar de que fue un mes intenso, el exprimir los conocimientos al máximo, valorar diferentes opciones y, sobre todo, la satisfacción de haber realizado un buen trabajo, hicieron que el balance de la asignatura fuera muy positivo. No obstante, el esfuerzo y dedicación por parte de la profesora, así como la atención personalizada e individualizada que prestó a cada uno de los discentes, contribuyó a que disfrutase de la materia y a que el proceso de enseñanza-aprendizaje fuese placentero. Estas características, que deberíamos poseer todos los docentes, pero que, en ocasiones, perdemos de vista, son imprescindibles para la consecución de los objetivos pero, principalmente, para favorecer un clima agradable en el aula.
  ¿Qué mejor manera de terminar esta reflexión que haciendo referencia al esfuerzo e implicación de la docente? Adoro mi profesión y, a pesar de que soy consciente de que hay muchas cosas que todavía tengo que aprender y otras en las que mejorar, mi trabajo me hace sentir bien. No recuerdo el autor de la siguiente cita, pero es tan cierta que me parece muy apropiada para concluir mi texto.

    “Uno empieza a ser profesor cuando se da cuenta de que toda la vida será estudiante”. 

BIBLIOGRAFÍA
  • Novillo, P. (2016): El aula de ELE, en asignatura Metodología de ELE: destrezas, actividades y técnicasMáster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
  • Novillo, P. (2016): La gestión del aula de ELE, en asignatura Metodología de ELE: destrezas, actividades y técnicasMáster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
  • Novillo, P. (2016): Actividades y destrezas lingüísticas, en asignatura Metodología de ELE: destrezas, actividades y técnicas. Máster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
  • Novillo, P. (2016): La planificación de las clases, en asignatura Metodología de ELE: destrezas, actividades y técnicasMáster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.