He
elegido estas dos imágenes porque considero que reflejan una parcela importante
de lo que supone, en mi opinión, el aprendizaje de una lengua extranjera. En
primer lugar, es importante destacar que estas dos imágenes son complementarias
e interdependientes, lo que significa que no se pueden separar.
Por un lado, los pronombres personales en inglés representan el conjunto de todos aquellos agentes que formamos parte del proceso de enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera, incluido el “it” que hace referencia a las cosas, en este caso, a los agentes internos o externos que lo componen. Todos tenemos nuestro punto de vista y una manera de entender el mundo, pero todas las opiniones son válidas y respetables, y tienen cabida en él. Ahí es donde reside la riqueza del aprendizaje, en la diversidad. De ahí que esos pronombres se representen con colores distintos (verde, amarillo, rosa) y sin un orden establecido porque todos somos diferentes, pero todos se encuadran en el mismo corcho, entendido como el mundo en el que vivimos, pero también como el proceso de enseñanza. Esto refleja el respeto y la tolerancia hacia la diversidad como factor a tener en cuenta en las aulas, visto desde una perspectiva enriquecedora, puesto que aúna infinidad de conocimientos, experiencias y vivencias que aporta cada uno de los miembros de la comunidad a lo largo del aprendizaje y que, por lo tanto, se tendrán en cuenta para su desarrollo y resultados. Cada uno somos miembros de la comunidad educativa en la que estamos inmersos y aportamos nuestro “granito de arena” que, junto con el del resto de compañeros, forma un todo. En un aula siempre hay que considerar y trabajar los contenidos transversales entre los que se encuentran los ya mencionados: respeto, tolerancia y atención a la diversidad.
Por un lado, los pronombres personales en inglés representan el conjunto de todos aquellos agentes que formamos parte del proceso de enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera, incluido el “it” que hace referencia a las cosas, en este caso, a los agentes internos o externos que lo componen. Todos tenemos nuestro punto de vista y una manera de entender el mundo, pero todas las opiniones son válidas y respetables, y tienen cabida en él. Ahí es donde reside la riqueza del aprendizaje, en la diversidad. De ahí que esos pronombres se representen con colores distintos (verde, amarillo, rosa) y sin un orden establecido porque todos somos diferentes, pero todos se encuadran en el mismo corcho, entendido como el mundo en el que vivimos, pero también como el proceso de enseñanza. Esto refleja el respeto y la tolerancia hacia la diversidad como factor a tener en cuenta en las aulas, visto desde una perspectiva enriquecedora, puesto que aúna infinidad de conocimientos, experiencias y vivencias que aporta cada uno de los miembros de la comunidad a lo largo del aprendizaje y que, por lo tanto, se tendrán en cuenta para su desarrollo y resultados. Cada uno somos miembros de la comunidad educativa en la que estamos inmersos y aportamos nuestro “granito de arena” que, junto con el del resto de compañeros, forma un todo. En un aula siempre hay que considerar y trabajar los contenidos transversales entre los que se encuentran los ya mencionados: respeto, tolerancia y atención a la diversidad.
Por
lo que respecta a la segunda imagen, se
trata de una fotografía en la que aparecen varias personas de distinta edad,
sexo y país de procedencia que, además de diversidad, manifiestan una emoción
concreta. Este aspecto que, a veces se deja de lado en las aulas, es un factor
relevante que influye en el proceso y que hay que tener muy presente puesto que
repercute en el alumnado y condiciona su aprendizaje. Por un lado, refleja la
carga emocional que llevamos cada uno, en función de nuestras circunstancias, y
que determinará la forma como abordamos el proceso y, por otro lado, el
sentimiento que pueden manifestar los alumnos durante su desarrollo. Es
importante que los alumnos se sientan motivados y capaces de desempeñar correctamente
su papel en el proceso y que, a pesar de los obstáculos, no se frustren y
continúen en la tarea de adquirir nuevos conocimientos y mejorar su competencia
lingüística. Para ello, el profesor debe ser el eje vertebrador que fomente la
motivación y facilite los contenidos de forma adecuada para posibilitar su
aprendizaje, siempre teniendo en cuenta los aspectos que hemos señalado. No
obstante, la cara que refleja cada una de las personas fotografiadas manifiesta
su predisposición hacia el conocimiento, pero también cómo se pueden sentir
durante el proceso y al finalizar el mismo. En cuanto a la predisposición al
conocimiento, es importante destacar que, en numerosas ocasiones, sentimos
miedo cuando nos enfrentamos a nuevos retos, bien por el miedo a lo desconocido
o por el miedo a equivocarnos, y creemos que no somos capaces de hacerlo y nos
frustramos por ello. Estas emociones también pueden repetirse en otras fases
del proceso. Tomo como ejemplo la cara del segundo chico que manifiesta pánico,
aplicada a un posible agobio ante una nueva tarea o al darse cuenta de todo el
trabajo que tiene acumulado o, incluso, al ver que los resultados obtenidos en
una prueba no han sido satisfactorios. Por el contrario, las caras sonrientes
manifiestan alegría y entusiasmo al haber aprendido algo nuevo o al haber
realizado un buen trabajo, por ejemplo. Es la recompensa al esfuerzo realizado.
Otra cara llamativa es la del chico con camisa granate; se trata de un gesto de
preocupación, muy frecuente también en este proceso cuando no sabemos cómo
abordar una nueva tarea. Por todo ello, debemos aprender a gestionar nuestras
emociones y evitar aquellas que son indicio de bloqueo o malestar ante el aprendizaje;
solo pueden dificultar el proceso. Por lo tanto, debemos trabajar en ello
porque también condicionará de forma negativa o positiva los resultados que se
obtengan. Está comprobado que con una buena predisposición y actitud hacia la
adquisición de conocimientos y, en general, hacia la vida se consiguen mejores
resultados que si nos quedamos en la zona de confort y no apostamos por seguir
creciendo, solo por el miedo a equivocarnos.
Todo
lo referido anteriormente también se puede aplicar al Máster en el que nos
hemos matriculado. Nosotros representamos los pronombres personales y las
personas que aparecen fotografiadas. Somos muchos y cada uno de nosotros
procede de un lugar distinto, por tanto, con circunstancias diversas y
distintas formas de interpretar el mundo. Pero, todos formamos parte de la
misma comunidad educativa y compartimos el mismo objetivo: cursar los estudios
en los que nos hemos matriculado, aunque luego lo empleemos con distintos
fines. Podemos aprender mucho de las experiencias que compartamos porque cada
uno, en función de su experiencia y circunstancias, puede aportar su punto de vista sobre la
realidad que conoce e interpretar, por ejemplo, un ejercicio de forma dispar
con respecto a otros compañeros y ser igual de válido. Ahí es donde reside la
riqueza del conocimiento, en ser conscientes de que existen muchas
interpretaciones para una misma cuestión y que todas son acertadas. El
resultado óptimo se conseguirá al unir todas ellas y formar un todo. Es aquí de
donde tenemos que sacar el máximo provecho.
Para
finalizar, me gustaría incidir en la interdependencia de ambas imágenes con la
cita “yo soy yo y mis circunstancias”, reflejada mediante los pronombres personales
y el hecho de que cada uno somos diferentes y tenemos una visión particular de
las cosas, según nuestras circunstancias.
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