Esta reflexión se centra en la asignatura
de Metodología de ELE: Destrezas, actividades y técnicas, impartida por
la profesora Paula Novillo Navarro. He escogido esta materia como muestra
porque, en general, los conocimientos adquiridos son útiles para mi formación
como discente, pero también como docente. Como ya he indicado en otras entradas
del blog, soy profesora de Lengua Castellana y Literatura en un instituto
público de Laredo (Cantabria). Por lo tanto, al no ejercer esta profesión en la enseñanza de lenguas extranjeras,
hay algunas características que cambian. No obstante, en cualquier materia, es
imprescindible incluir en la programación la metodología didáctica, las
estrategias y técnicas necesarias para desarrollar los principios pedagógicos y
didácticos concretados, así como el tipo de actividades que se van a realizar.
Dado que, quizás elegir como muestra toda la asignatura es un objetivo muy
ambicioso, solo me centraré en “aquellos aspectos que me
gustaría mejorar en mi profesión”, cuestión
que engloba los ítems más significativos en los que focalizo mi
propuesta. Son:
- Corregir lo justo, en el momento adecuado y de la forma apropiada es, tal vez, una de las tareas más difíciles para el profesor.
En el módulo 3 se hablaba de corrección de la producción escrita y corrección de la producción oral,
contenidos que, con algunos matices, puedo aplicar en mi función docente. En
cuanto a la corrección escrita, no
había tenido en cuenta la repercusión negativa que conlleva señalar todos los
errores. Pensaba que los alumnos no miraban las correcciones porque no les
interesaban, pero si quizás pusiera en práctica los métodos propuestos en el
módulo y me centrara únicamente en lo principal, conseguiría que algunos los
valoraran. Tiendo a corregir todos los errores, no solo los que competen a la
actividad, por lo que los alumnos pueden perderse entre tachones y anotaciones.
Sin embargo, ¿qué puedo hacer, por ejemplo, respecto a la ortografía? Considero
que siempre se deben corregir las faltas, pero tengo que recapacitar sobre cómo
hacerlo para centrarme únicamente en el objetivo principal de la actividad. Todavía
no he encontrado un método que me convenza, puesto que estimo que es un
contenido que no puedo obviar y que siempre está ahí, cada vez con mayor
frecuencia. Por lo que se refiere a la corrección
oral, debo buscar el momento
oportuno y la forma adecuada para dirigirme a los alumnos y explicarles los
errores que haya detectado, en función del discente al que me dirija, puesto
que partimos de la premisa de que hay que atender a las necesidades
individuales y a los distintos ritmos de aprendizaje.
Si
bien es cierto que la corrección es
imprescindible en la adquisición de segundas lenguas, no es necesaria en el
caso de los niños que están aprendiendo la lengua materna, pero sí en
adolescentes que tienen fijadas determinadas palabras o estructuras erróneas que
deberían modificar. Por lo tanto, este es un aspecto común en ambas
especialidades.
A
continuación, adjunto un fragmento de un texto corregido. Antes de haber
estudiado el apartado de corrección de
la producción escrita, hubiera corregido cada una de las faltas de
ortografía, pero ahora, solo las señalo en rojo para que el alumno sea
consciente de que hay errores que deberá corregir. Además, mediante esta
práctica de autocorrección, el discente pasa a ocupar un papel principal en el
aprendizaje.
Forestales
y caballeros heridos llegaban a las tiendas de los sanadores. La moral estaba
baja, nadie tenia esperanzas, mas el autentico
guerrero jamás cae por eso.
-
Ø Ashra! Ø aquí
ahora!- Grito mi capitán, mientras los demás
soldados de mi escuadrón se reunían. Partí raudo hacia ellos, esperando ordenes, nos coloco
rodeándolo:
-
Ø Soldados de la patria! Ø Hijos de Quel'thalas!, están aquí, no era una
broma, los muertos han vuelto a la vida, y no
parecen muy contentos, os enfrentareis a familiares y conocidos, cada hermano
muerto en nuestras filas se une a las suyas.-Daba vueltas, mirándonos a cada
uno de nosotros.- No os pido un favor, y tras esto no recibiréis recompensa, Ø esto es lo que se espera de vosotros! Ø Acabaremos con esos restos de lo que una vez
fueron guerreros!
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- ¿Cómo me desenvuelvo en el aula?
Otro factor sobre el que he reflexionado ha
sido la gestión en el aula. A partir
de la segunda actividad, que consistía en elaborar
un informe de observación sobre los datos percibidos en el
vídeo de una clase de español para extranjeros, analizamos, por parejas, el discurso del profesor, la gestión del espacio y las
dinámicas de aula, el uso de distintos recursos y la corrección, aspecto ya
señalado, desde una perspectiva práctica. Este ejercicio me ayudó a darme
cuenta de la importancia de algunos detalles como, por ejemplo, la distribución del aula. Los alumnos
estaban colocados en forma de U, disposición que, por la cercanía, ayuda a fomentar
valores afectivos entre la profesora y los discentes. Sin embargo, yo no podría
distribuir así la clase por el elevado número de alumnos, pero es conveniente
tenerlo presente. En segundo lugar, me percaté de la posición que adoptaba la profesora en la pizarra para que todos los
discentes pudieran ver lo que escribía. Y, por último, la manera en la que comenzó la clase para captar la atención de los estudiantes.
La docente entra en clase disfrazada con el atuendo y complementos propios de
los años 80 porque la actividad que propone para la sesión está relacionada con
esa época. Los profesores debemos estimular la voluntad a aprender y, siempre
que sea posible, atender a los gustos e intereses de nuestros alumnos. Promover
estos factores afectivos en el aula contribuirá al logro de resultados
satisfactorios, no solo para los estudiantes, sino también para todos los
agentes que formamos parte del proceso de enseñanza-aprendizaje.
- ¿Qué aspectos crees que son esenciales a la hora de planificar una sesión?
Una buena planificación facilita la consecución de los objetivos propuestos.
Al leer los contenidos del módulo 4, me he percatado de que, en ocasiones,
enfoco esta tarea desde mi perspectiva y no desde cuestiones centradas en los
alumnos. Por este motivo, tendré que cambiar el enfoque y pensar en qué
necesitan o qué deberían aprender y ser capaces de hacer, con el propósito de
elaborar una planificación adecuada.
Con la actividad 2, de la que he
hablado anteriormente, también aprendí otros conocimientos que competen a la planificación.
Observé con detalle la forma en que la profesora planteó la sesión y las
actividades que realizaron. Sobre todo, hice hincapié en el desarrollo de cada
una de las tareas, en cómo, partiendo de la lluvia de ideas que, además, sirve
para captar el interés de los estudiantes, había organizado cada una de las
partes de la actividad de forma secuenciada para alcanzar su propósito final.
Evidentemente, yo trabajo de esta manera, pero, a veces, bien por el tipo de
alumnado, por la falta de tiempo, por la presión de impartir todos los
contenidos que marca el currículo, así como por posibles imprevistos y otras
circunstancias similares, no es posible llevar a cabo mi labor como realmente
me gustaría.
Por último, en la actividad 3,
se nos pedía, en grupos de tres, elaborar
una planificación
de una sesión de dos horas con contenidos que escogiésemos de
una unidad didáctica propuesta. Aquí nos enfrentamos a problemas comunes con los que me encuentro
diariamente. Enlazando con la última idea del párrafo anterior, parece que lo más
importante en la enseñanza es impartir contenidos. Esto es un error y uno de
los grandes fallos de nuestro sistema educativo. Por este motivo, después de
varias deliberaciones entre los miembros del grupo y de intentar cuadrar la
sesión en el tiempo estimado, decidimos quitar algunas actividades con el fin
de proponer una planificación real. A pesar de ello, podría ser que, debido a circunstancias
adversas, no dispusiéramos de tiempo suficiente y tuviéramos que hacer
modificaciones en el momento; o bien, que sucediera lo contrario, es decir, que
terminásemos antes de lo estimado. Por ello, siempre debemos elaborar un banco de actividades por si fuera
necesario recurrir a él.
- ¿Recuerdas a algún profesor que te haya marcado positiva o negativamente?
A pesar de que fue un mes intenso, el
exprimir los conocimientos al máximo, valorar diferentes opciones y, sobre
todo, la satisfacción de haber realizado un buen trabajo, hicieron que el
balance de la asignatura fuera muy positivo. No obstante, el esfuerzo y dedicación por parte de la
profesora, así como la atención
personalizada e individualizada que prestó a cada uno de los discentes,
contribuyó a que disfrutase de la materia y a que el proceso de
enseñanza-aprendizaje fuese placentero. Estas características, que deberíamos
poseer todos los docentes, pero que, en ocasiones, perdemos de vista, son
imprescindibles para la consecución de los objetivos pero, principalmente, para
favorecer un clima agradable en el aula.
¿Qué mejor manera de terminar esta reflexión que
haciendo referencia al esfuerzo e implicación de la docente? Adoro mi profesión
y, a pesar de que soy consciente de que hay muchas cosas que todavía tengo que
aprender y otras en las que mejorar, mi trabajo me hace sentir bien. No recuerdo el autor de la siguiente cita,
pero es tan cierta que me parece muy apropiada para concluir mi texto.
“Uno empieza a ser profesor cuando se da
cuenta de que toda la vida será estudiante”.
BIBLIOGRAFÍA
- Novillo, P. (2016): El aula de ELE, en asignatura Metodología de ELE: destrezas, actividades y técnicas. Máster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
- Novillo, P. (2016): La gestión del aula de ELE, en asignatura Metodología de ELE: destrezas, actividades y técnicas. Máster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
- Novillo, P. (2016): Actividades y destrezas lingüísticas, en asignatura Metodología de ELE: destrezas, actividades y técnicas. Máster de Profesor de Español como Lengua Extranjera. UNIBA.
- Novillo, P. (2016): La
planificación de las clases, en asignatura Metodología de ELE: destrezas, actividades y técnicas. Máster de Profesor de Español
como Lengua Extranjera. UNIBA.